jueves, 22 de mayo de 2008

Plagia el narco táctica militar

Desertores unidos a cárteles operan modelo contraguerrillero

Cuando el domingo 4 de mayo aparecieron colgadas en puentes peatonales de Culiacán las primeras mantas con mensajes atribuidos al crimen organizado, y en días posteriores se esparcieron los rumores sobre ataques con bombas a centros comerciales de la capital sinaloense, estaba en marcha lo que en términos militares se conoce como “operaciones sicológicas”, propias de la llamada “guerra irregular”.
La estrategia, atribuida por las autoridades a los grupos del narcotráfico en disputa, buscó influir en emociones, actitudes y comportamientos de la población, por lo que resultó ser, según militares consultados, un ejercicio de propaganda sacado de los manuales castrenses.
“Soy el jefe de la plaza y este es el comienzo. Esto y más por El Mochomo. Atte. Arturo Beltrán”, se leía en uno de los mensajes colocado en un puente por el rumbo del Malecón Nuevo, sobre una transitada y céntrica zona de Culiacán, Sinaloa.
“Soldaditos de plomo, federales de paja, aquí es territorio de Arturo Beltrán. Gobiernos y todo lo que se atraviese lo quito, Atte Arturo Beltrán. Ya saben dónde estoy, aquí los espero”, decía otro de los mensajes dejado en la reja de un colegio.
De acuerdo con los militares entrevistados, lo ocurrido en los últimos días en la capital de Sinaloa fue una muestra de dos tipos de propaganda; la primera es conocida como “gris”, aquella que manifiesta o da a conocer su origen y produce en el auditorio un interés por despejar la incógnita y genera elucubraciones que benefician al promotor. Y la segunda, o “negra”, manifiesta una fuente de origen diferente al verdadero y busca confundir a quienes tienen interés por conocer el origen y objetivo.
Como propaganda “negra”, según los entrevistados que pidieron no ser citados con su nombre, podrían ajustarse dos mantas aparecidas el lunes 5 de mayo, la primera por el rumbo del Malecón Viejo sobre un puente peatonal y que decía: “Arturo Beltrán. Tú tendrás mucho dinero y serás muy amigo de Genaro García Luna, de Vicente Carrillo y del general Miranda, pero nosotros los policías somos más y te vamos a ganar la pelea, asesino de policías. Dile a tu gente que son tontos porque aparte presumen de la amistad con Genaro y Miranda. Toma en cuenta que la guerra contra nosotros los policías tú la iniciaste y ahora te aguantas”.
El segundo mensaje en otra manta fue colocado por el bulevar Zapata; decía: “Soy un policía como tú y merezco respeto. Por qué no nos unimos y le ponemos un alto a los asesinos de nuestros compañeros de la policía federal, preventiva y municipales desaparecidos? No nos hagamos tontos, udes. como yo sabemos que los perros asesinos son mandados por Arturo Beltrán Leyva y comandados por El Miky, El Osama y El Amado. ¡Ya basta compañeros!”
Para el general de división retirado Carmelo Terán Montero, especialista en inteligencia militar por la Escuela de las Américas y el único entrevistado que aceptó ser citado por su nombre, lo único que quedó claro es que los grupos del narcotráfico apoyados en militares desertores ya saben cómo utilizar la nemotécnica, concepto de las “operaciones sicológicas”, y que se explica como la manera de influir en las opiniones, emociones, actitudes y comportamiento de grupos de la sociedad.
El Ejército ha respondido, añade, con una planeación centralizada y una ejecución descentralizada, que es la característica principal de las operaciones contrainsurgentes. “Estamos frente a operaciones de contraguerrilla, por las características de la operación centralizada. El narcotráfico no son unidades militarmente organizadas, son grupos o células. De ahí la importancia del uso de la información; la usan para influir por medio de propaganda”, señala.
Rumores
Con las mantas llegaron los rumores. El jueves 8 de mayo, el alcalde de Culiacán, el priísta Jesús Vizcarra, tuvo que salir a desmentir la supuesta muerte en atentado de uno de sus hijos. Aquella tarde y la mañana del viernes, por correo electrónico y en comentarios en oficinas y escuelas de la capital sinaloense, se decía que se preparaban ataques con bombas en el céntrico mercado Garmendia, y en algunas plazas comerciales como Cinépolis y Forum, y que nadie se acercara por ahí. El gobernador del estado, Jesús Aguilar Padilla, salió a exhortar a la población de que no hiciera caso a esos dichos.
Lo que contribuyó al estado de psicosis fue la ejecución ese noche de Édgar Guzmán López, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, quien cayó abatido junto a uno de sus primos y Arturo Meza Cázares, hijo de Blanca Margarita Cázares, conocida como La Emperatriz y considerada por la DEA como la principal lavadora de dinero del cártel de Sinaloa. El uso de una bazuca en la ejecución quedó registrado por los medios de comunicación como un ejemplo del poder del armamento con que se realizó la operación en el estacionamiento de un almacén comercial.
Calles vacías en Culiacán, centros de reunión y restaurantes semivacíos en pleno Día de las Madres fue el resultado de los días previos, donde quedaron registradas las “operaciones psicológicas” que resultaron ser efectivas al inducir en la población temor, miedo y psicosis.
Para el general Terán, la propaganda del narcotráfico fue más efectiva en resultados que la del Ejército. Y quedó en evidencia, dice, una falta de liderazgo para contrarrestar esa ofensiva.
Por su experiencia de varias décadas en el mando de tropas, asegura que en las pugnas de los grupos del narcotráfico han tenido un papel fundamental los desertores del Ejército, quienes utilizaron sus conocimientos en el manejo de los manuales de guerra irregular y el uso de armamento más sofisticado para “golpear el espíritu de cuerpo de las Fuerzas Armadas”.
Resta, añade, fortalecer la moral de los soldados y oficiales, y una mejor planeación ante la labor propagandística del crimen organizado. Y en esa tarea, concluye, el liderazgo civil es clave.

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